sábado, 8 de octubre de 2016

Gatos y Colibríes

Sábado por la mañana. Tras una primera semana de catarro y formación intensiva en el supermercado, con despertador a las cinco, mi biodespertador me ha dado un toque a eso de las siete. He puesto uno de esos vídeos motivantes y he vuelto a caer rendido hasta las nueve.
Dos horas han sido suficientes para que el inconsciente produjera, editara y proyectara un cortometraje durante mi tardía fase Rem.

En el sueño, la voz penetrante del doctor Alonso Puig seguía su ritmo mientras yo me movía por la casa. En el otro extremo de la misma, Elisabeth andaba ocupada con nuestros gatos. Al acercarme observo que hay otro gatito negro agazapado en una esquina, que no debiera estar ahí. Y un poco más a la izquierda un agujero en un rincón del salón que cual madriguera se fue tragando a nuestros mininos uno a uno.

Regreso a la habitación, aturdido aún por el discurso imparable del doctor, y compruebo que tras la puerta cuelga un tiesto del techo, y a su alrededor zumba un enjambre de bellos colibríes. Corro entonces al salón a contárselo a ella... pero me la encuentro en el pasillo. Sin palabras perceptibles, parecemos discutir con gestos. Entre llanto le abrazo con la íntima intención de arreglar algo que sigue roto. No funciona, y regreso a la habitación, donde el zumbido y el número de colibríes ha aumentado en torno al tiesto colgante.

En ese momento entra ella portando una de las cajas de cartón que aún estorbaban en el salón desde mi regreso de Norico. La deja en el suelo con claro gesto de reprobación. Por un lado está el reproche por no haber pasado página y seguir acumulando trastos y recuerdos que no me dejan avanzar. Por otro, mi queja por traerme la caja a mi único lugar de descanso, donde trato de curarme ignorando las cuentas pendientes.


Más tarde voy de nuevo al salón, y la veo tan feliz sobre el sofá rodeada de una camada de cinco o séis gatitos rayados..., seguramente salidos todos de la madriguera que hay en el rincón.
No consigo entender que tengamos que estar en habitaciones diferentes, pero sí puedo observar que de momento ella necesita tanto a sus gatitos salvajes, como yo a mis exóticos colibríes.


Una vez despierto me pregunto por el significado del sueño, y por el enjambre de colibríes en mi habitación. Pero sobretodo me surge la cuestión de cómo la conferencia de Alonso Puig en YouTube estaba tan integrada en el sueño, cuya voz procedía de aquel lugar tanto fuera como dentro del mismo.
Mi experiencia onírica me dice que cuando algún elemento externo irrumpe en un sueño, automáticamente la fase Rem se interrumpe para ayudarte a regresar a la realidad. En este caso no ha sido así.

Si como tanta gente insinúa últimamente, la realidad que vivimos no es real sino un mero sueño o una realidad pre-diseñada, ¿cuales de los elementos que creemos percibir con los sentidos serían los propios de esta Matrix y cuales son ecos de aquella auténtica realidad superior?
¿Es posible que exista alguna experiencia que nos hiciera despertar repentinamente, o que al menos nos haga ser conscientes de que estamos efectivamente sumidos en un sueño...?