sábado, 12 de marzo de 2016

Los Enigmas de Neftalí


LOS ENIGMAS 
Me habéis preguntado qué hila el crustáceo entre sus patas de oro y os respondo: El mar lo sabe. ¿Me decís qué espera la ascidia en su campana transparente? ¿Qué espera? Yo os digo, espera como vosotros el tiempo. ¿Me preguntáis a quién alcanza el abrazo del alga Macrocustis? Indagadlo, indagadlo a cierta hora, en cierto mar que conozco. Sin duda me preguntaréis por el marfil maldito del narwhal, para que yo os conteste de qué modo el unicornio marino agoniza arponeado. ¿Me preguntáis tal vez por las plumas alcionarias que tiemblan en los puros orígenes de la marea austral? ¿Y sobre la construcción cristalina del pólipo habéis barajado, sin duda, una pregunta más, desgranándola ahora? ¿Queréis saber la eléctrica materia de las púas del fondo? ¿La armada estalactita que camina quebrándose? ¿El anzuelo del pez pescador, la música extendida en la profundidad como un hilo en el agua? Yo os quiero decir que esto lo sabe el mar, que la vida en sus arcas es ancha como la arena, innumerable y pura y entre las uvas sanguinarias el tiempo ha pulido la dureza de un pétalo, la luz de la medusa y ha desgranado el ramo de sus hebras corales desde una cornucopia de nácar infinito. Yo no soy sino la red vacía que adelanta ojos humanos, muertos en aquellas tinieblas, dedos acostumbrados al triángulo, medidas de un tímido hemisferio de naranja. Anduve como vosotros escarbando la estrella interminable, y en mi red, en la noche, me desperté desnudo, única presa, pez encerrado en el viento. 
(Pablo Neruda)

jueves, 10 de marzo de 2016

Pero fíjate lo que acabas de elegir...

Comienzo con el guiño a una de las mejores películas que se ha creado en nuestro país, "Amanece, que no es poco", donde en una de sus memorables escenas mencionan aquello del libre albedrío. Pues bien, mi reflexión va intentar poner en juego esta idea, en contraposición a otra que anda últimamente en boca de no pocos navegantes. La cuestión es si realmente existe ese propio arbitrio sobre nuestros actos, y por tanto sobre sus consecuencias, o por el contrario todo cuanto existe en el Universo no es sino un holograma perfectamente diseñado, cuyos principio, nudo y desenlace ya están establecidos de la mano de un ente superior. Por supuesto, y dejando al margen la controversia religiosa o pagana, podría asegurar que todo ser racional despierta cada mañana con el firme propósito de ser timonel de su historia personal.
Yo personalmente, y a pesar del vértigo que me produce, creo que todo cuanto existe dentro y fuera de nosotros, al menos visto desde aquí abajo, a nivel del mar, es fruto de nuestra capacidad innata para subir mareas y provocar maremotos. Lo paradójico del asunto es que generalmente no sabemos hacer uso de ese enorme potencial en beneficio propio... quizás porque nuestra todavía joven evolución mental no nos ha permitido afianzar debidamente la conexión entra causa y efecto.

Me estoy refiriendo a los éxitos disfrazados de duras crisis, al fracaso disfrazado de buena fortuna. Llegados a este punto, y por muchas vueltas que uno pueda darle a pros y contras, y a todas las evidencias o intuiciones que tengamos a mano, siempre quedará la incógnita de cuál fue la decisión acertada, hasta que el devenir de los hechos finalmente nos despeja la duda.




Por eso no se me olvida este tema ochentero de Rosendo Mercado, que pone de manifiesto esa duda. Y es que uno ya no puede ni elegir tranquilo. Cuando tras mucha deliberación interior y exterior se tiene por fin la certeza de la senda a seguir, resulta que quizá tampoco esta sea válida. ¿Realmente es esto lo que buscabas...? Cuando por fin te has decidido a saltar al vacío y vuelas alto en busca de un sueño, tras la esquina surge alguien y grita "pero fíjate lo que acabas de elegir...".

miércoles, 9 de marzo de 2016

El Hombre y La Tierra

No es sólo un punto de luz en el espacio, tampoco nuestro barco. 
Nacimos aquí, crecimos aquí... en este tejido vivo, generoso y frágil, 
donde nada nos pertenece. 
Nosotros le pertenecemos.




martes, 8 de marzo de 2016

Prefacio

Hoy, con algunos sueños ocultos bajo un tenue manto de nieve, nace este espacio de encuentro entre la Tierra y el Hombre,  Madre e Hijo, Estigma y Antera...


La Biosfera se desangra, pero como en las grandes épicas un nuevo elemento recorre las calles de las grandes urbes. Sentimiento de cambio posible, fortaleza de ejercito del arco iris, que se ha instalado para siempre en las ánimas de todos y cada uno de los seres de esta extraña nave de agua, sal y vibraciones.

Bienvenidos, montaraces de la nueva Era.